La terapia mindfulness busca salir de nuestra mente para aprender a experimentar el mundo de forma directa, sin la continua interrupción de pensamientos. Con él desconectamos el piloto automático para acceder a la riqueza de la información del momento presente. Este poder es el que lo convierte en el gran aliado de la Terapia Cognitiva.
LA TERAPIA COGNITIVA, ¿QUÉ ES?
Es un tipo de terapia que fija especial atención en la gestión de los pensamientos con el fin de comprender su efecto sobre la percepción que tenemos del mundo y el modo en que nos comportamos.
La Terapia Cognitiva considera los componentes cognitivos (pensamientos, imágenes, creencias, etc.) como elementos esenciales para entender los trastornos psicológicos. Por este motivo dedica su esfuerzo en producir cambios a este nivel.
¿CÓMO?
Lo hace principalmente a través de la detección de aquellos pensamientos negativos que interfieren en la vida de la persona con el fin de buscar nuevos pensamientos alternativos que disminuyan los mecanismos de alerta innecesarios, reduzcan el desgaste vital y faciliten el funcionamiento del individuo.
Aaron T. Beck, psiquiatra que desarrolló en la década de los 60 la Terapia Cognitiva, considera que los pensamientos, los sentimientos y los comportamientos están interconectados. Así mismo, afirma que gracias a la identificación y el cambio de:
- Los pensamientos negativos (llamados incorrectos o distorsionados).
- El comportamiento problemático.
- Y las respuestas emocionales angustiantes.
las personas pueden encontrar un camino para superar sus dificultades y cumplir sus metas con menor sufrimiento.
Y EL MINDFULNESS, ¿QUÉ RELACIÓN GUARDA CON LA TERAPIA COGNITIVA? ¿PODEMOS HABLAR DE TERAPIA MINDFULNESS?
El Mindfulness no es una terapia, es una herramienta terapéutica más.
La práctica del Mindfulness o de la atención y conciencia plena es una técnica para escapar de los pensamientos repetitivos que nos abstraen del momento presente. Por este motivo, guarda una relación muy especial con la Terapia Cognitiva: ambos desean velar por la gestión de los pensamientos automáticos y ayudar a la persona a funcionar con un menor desgaste.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS?
Los pensamientos automáticos son mensajes involuntarios que aparecen repetidamente a modo de diálogo interno. Los pensamientos automáticos se relacionan con estados emocionales intensos como el estado depresivo o ansioso en el que los mecanismos de alerta se disparan. A menudo, los automatismos forman “versiones” subjetivas de aquello que nos sucede, versiones frecuentemente exageradas o fatalistas. Habitualmente, encabezan miedos, autorreproches o recuerdos dolorosos, y representan una breve reconstrucción de un suceso pasado. Los pensamientos automáticos, al no ser pensamientos racionales ni reflexivos, no se suelen comprobar con la realidad. La persona que los tiene, acostumbra a creerlos fácilmente.
Y LA TERAPIA COGNITIVA Y EL MINDFULNESS, ¿CÓMO SE COMPLEMENTAN?
La práctica de la atención plena o Mindfulness es una herramienta útil tanto en la detección de pensamientos negativos como en la creación de pensamientos alternativos
En primer lugar, facilita la detección de pensamientos negativos dado que, en el momento que intentamos estar atentos a los estímulos del aquí y ahora (los ejercicios promueven detectar sensaciones procedentes de los 5 sentidos) y nos percatamos de la existencia de pensamientos que interfieren en dicha práctica, aumentamos la conciencia sobre la cantidad de pensamientos automáticos que gestiona nuestra mente y su repercusión. Al ser más conscientes de la cantidad de interferencias, podemos analizar con mayor detenimiento su contenido y detectar si se trata de pensamientos negativos.
En segundo lugar, la detección de pensamientos intrusivos y el análisis de su mensaje (ej.: fatalista) nos invita a reflexionar sobre qué otros pensamientos alternativos podemos promover en cada ocasión y aumentar así nuestro estado de bienestar.
